«Como explicar 50 años…» por Pedro Lacueva Moya

Cofradía Jesús Nazareno - Semana Santa de Calanda 2019

Es imposible reflejarlo con palabras. Ser Nazareno es latido vivo de corazón Jueves Santo en el Viacrucis. Abrazos de reencuentro cuando rompemos las doce. Fervor, familia y amigos con cada paso del pregón. Rezo, silencio, fuego sobre el costalero en la Soledad.

Creer que la madrugada puede ser eterna! pero no… con los primeros rayos de sol el Entierro, nos apaga la llama. -Llegan las dos y nuestros bombos rasgan la palillera!

Somos tambores que no quieren callar!

Silencio con lágrimas amargas de despedida nos marcan el final.

Qué significa ser Nazareno? Comprobarlo vosotros mismos…

Pedro Lacueva Moya

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EL CONTEXO HISTORICO: La década de los sesenta y setenta (1ª parte)

Juan Luis Buñuel rodando "Calanda" en 1966

Desde los años inmediatos a la terminación de la Guerra Civil hasta mitad de los sesenta, la tradición de la Semana Santa permaneció anquilosada man­teniendo, sin variación, los mismos actos, horarios y demás celebraciones. Fueron tiempos de gran austeridad, encuadradas las costumbres a la intimidad familiar, destacando la sencillez con que los tamborileros participaban en los redobles sin ninguna clase de ostentación.

En aquellos años de escasos recursos hubo que agudizar el ingenio y una simple caja de sardinas de cubo valía para fabricar un tambor. Muchos ejercieron de artesanos, guardando las pieles de los animales sacrificados, corderos o cabritos, para curtirlos y convertirlos en parches para los tambores y bombos. La túnica servía para toda la vida, la cosían en casa, con mucho doble para bajarlo a medida que uno crecía. El instrumental, rústico o de compra, estaba siempre preparado para el gran momento. En esa época los más mayores recordaban que el tambor había que tocarlo con sentimiento y fijar muy bien los ritmos de la percusión.

EL CONTEXO HISTORICO: La década de los sesenta y setenta (2ª parte)

Rompida de la Hora 1974

ver «EL CONTEXO HISTORICO: La década de los sesenta y setenta (1ª parte)»

En 1971 la rompida en la plaza de la Hoya, que era el lugar tradicional de inicio y final de los redobles, resultó insuficiente para acomodar a tanta gente que quería presenciar el acto. Muchos tamborileros no pudieron acceder a la plaza y las quejas se trasladaron a la autoridad municipal. El Ayuntamiento tomó nota acordando que para el próximo año el romper la hora tuviera lugar en la plaza de España. Para eso fue trasladada la placa con la efigie de mosén Vicente Allanegui, obra del escultor José Lamiel, desde el arco de la Hoya, donde estaba ubicada, hasta la fachada de la casa Consistorial. Además con esta medida el Alcalde pudo presidir desde los balcones de Casa de la Villa, acompañados de sus invitados, la rompida y la ceremonia final.

En esa época, hace ahora 50 años, la Alcaldía de la Villa la ostentaba Serafín Espada Torres, siendo el Secretario del Ayuntamiento, Julián Bosque. Posteriormente, a Espada le sucedió en el cargo como Alcalde, Francisco Negro. El titular de la Parroquia, en aquel tiempo, fue mosén Antonio Salas, siendo sustituido por el sacerdote Antonio Ferrer Orrios. Entre medio de ambos estuvo de coadjutor Roberto Gracia.

Balance de la Escuela del tambor y el bombo

Ensayo Cofradía Jesús Nazareno Viernes 12/04/2019

El pasado viernes 25 de febrero terminó por este año la Escuela del tambor y el bombo.

Este año era un tanto especial, ya que se retomaba nuestra tradición más arraigada.

Después de dos años afectados por esta pandemia, no sabíamos cual iba a ser la respuesta de la gente, pero por suerte nos hemos visto gratamente sorprendidos por la afluencia de niños y mayores.

Este año la Escuela del tambor y el bombo se nos ha hecho corta a todos.

Se nota que la gente tiene ganas de volver a esos ensayos tan esperados, a las procesiones, al momento de Romper la hora y a nuestra entrañable Parada.

En una palabra, tenemos ganas de que nuestra querida y deseada Semana Santa, se vuelva a celebrar.

Desde aquí queremos mandar nuestro agradecimiento más sincero a todos los que nos han estado acompañando durante todos estos viernes.

A los compañeros de grupo, gracias, muchas gracias por vuestro tiempo y por ese trabajo tan formidable que se hace entre todos.

Escuela del tambor y el bombo.

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«Esa obsesión por los tambores…» por Pedro Rújula (Prólogo del libro «Cofradía Jesús Nazareno, 50 años de historia»)

Semana Santa Calanda 2018 - Rompida de la Hora - Foto de José Quintana Merino

No hay otro lugar como Calanda que combine de manera tan perfecta la multitud y el individuo, el sonido envolvente y la percusión íntima, la voluntad de ser parte de un todo colectivo y la excitante afirmación de la autonomía personal. Aquí, en el corazón del Bajo Aragón, tiene lugar un rito que se repite cada año. Como si de renovar un pacto secular se tratara, centenares de vecinos se reúnen para anudar multitud de sentimientos en una sola ceremonia. Y todo gira en torno a un instrumento de apariencia humilde como el tambor que, sin embargo, es capaz de trascender los límites de lo evidente. Decía Salvador Dalí que Buñuel estaba obsesionado por los tambores. “Cuando estábamos en Los Ángeles —decía—, cenamos una vez y no hablaba más que del día que podría volver a Calanda. Esa obsesión por los tambores…”.

La presencia de Luis Buñuel en el universo de los tambores de Calanda ofrece un buen punto de apoyo para comprender lo que tiene lugar durante las veintiséis horas que siguen al mediodía de Viernes Santo. En ese tiempo se dan cita sin solución de continuidad la herencia religiosa, que en el imaginario local representa la figura de mosén Vicente Allanegui, y la dimensión secular encarnada por el cineasta calandino. El interés de Buñuel por los tambores, documentado ampliamente en las conversaciones mantenidas por el escritor Max Aub,1 hizo de estos un icono de la cultura universal. El sonido ronco, los toques conservados en la memoria, el regreso periódico a su pueblo natal para tocar el tambor y sentirse entre los suyos fueron la otra cara de aquellos tambores que acompañaron por el mundo a películas inmortales como La Edad de Oro, Nazarín o Simón del desierto.

No hay otro lugar como Calanda que combine de manera tan perfecta la multitud y el individuo, el sonido envolvente y la percusión íntima, la voluntad de ser parte de un todo colectivo y la excitante afirmación de la autonomía personal. Aquí, en el corazón del Bajo Aragón, tiene lugar un rito que se repite cada año. Como si de renovar un pacto secular se tratara, centenares de vecinos se reúnen para anudar multitud de sentimientos en una sola ceremonia. Y todo gira en torno a un instrumento de apariencia humilde como el tambor que, sin embargo, es capaz de trascender los límites de lo evidente. Decía Salvador Dalí que Buñuel estaba obsesionado por los tambores. “Cuando estábamos en Los Ángeles —decía—, cenamos una vez y no hablaba más que del día que podría volver a Calanda. Esa obsesión por los tambores…”.

La presencia de Luis Buñuel en el universo de los tambores de Calanda ofrece un buen punto de apoyo para comprender lo que tiene lugar durante las veintiséis horas que siguen al mediodía de Viernes Santo. En ese tiempo se dan cita sin solución de continuidad la herencia religiosa, que en el imaginario local representa la figura de mosén Vicente Allanegui, y la dimensión secular encarnada por el cineasta calandino. El interés de Buñuel por los tambores, documentado ampliamente en las conversaciones mantenidas por el escritor Max Aub,1 hizo de estos un icono de la cultura universal. El sonido ronco, los toques conservados en la memoria, el regreso periódico a su pueblo natal para tocar el tambor y sentirse entre los suyos fueron la otra cara de aquellos tambores que acompañaron por el mundo a películas inmortales como La Edad de Oro, Nazarín o Simón del desierto.

V edición de la Escuela del tambor y el bombo

Escuela del Tambor y del Bombo.

Por quinto año consecutivo la Escuela del tambor y el bombo abrirá sus puertas el vienes 17 de Enero de 2020. Desde aquí queremos dar las gracias a todas las personas que nos han apoyado en esta iniciativa.

 

50 Años del Nazareno (1970-2020)

50 AÑOS Cofradía Jesús Nazareno de Calanda

Corría el año 1970 y los componentes de la cuadrilla de Tomás Gascón ya eran conocidos por su destreza y habilidad tocando el tambor y el bombo. Estas cualidades les hizo ganar el concurso de tambores de Híjar en ese año (luego ganarían las 5 ediciones siguientes y alguna más posterior). Mosén Roberto era el párroco de Calanda ese año y les propuso hacerse cargo del paso de “Jesús Nazareno” para arreglarlo y sacarlo en procesión durante la Semana Santa, como así hicieron en ese lejano mes de marzo de 1970.

1970-2020 50 Años Cofradía Jesús Nazareno de Calanda
1970-2020 50 Años Cofradía Jesús Nazareno de Calanda

Por esta razón, en el año 2020 se cumplen 50 años de la primera vez que el paso de Jesús Nazareno salió en procesión en la Semana Santa de Calanda, siendo el inicio de lo que, al año siguiente, se convirtió oficialmente en la “Cofradía Jesús Nazareno de Calanda”. Tal y como se indica en el acta fundacional de la cofradía

Galería Fotográfica Vía Crucis – Semana Santa Calanda 2019

Vía Crucis Jueves Santo - Semana Santa de Calanda 2019

Vía Crucis Jueves Santo - Semana Santa de Calanda 2019
Vía Crucis Jueves Santo – Semana Santa de Calanda 2019