Todos sabemos lo que es la Semana Santa. La última semana de la cuaresma, desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección. Pero para nosotros es mucho más que eso.
Los que vivimos lejos del pueblo, en mi caso por ejemplo, cuando me preguntan qué hago en el pueblo esta semana o me preguntan por qué nos vestimos así, nunca sé muy bien que responder. Les contaría todo lo que vivo, pero tampoco les contaría nada porque no llegan a entender lo que sentimos o lo que vivimos, y creedme cuando os digo, que lo he intentado de muchas formas y diferentes todas ellas.
Creo que esto nos lo preguntamos muchos cada vez que se acerca la fecha indicada y, no solo nos preguntamos por qué lo hacemos, yo siempre me he preguntado también por qué me gusta tanto nuestra Semana Santa.
Para nosotros la Semana Santa es mucho más que unos días de fiesta, es un cúmulo de sensaciones, vivencias y situaciones que hacen de ésta la más esperada de todas.
Decimos que nuestra semana es tradición, religión, familia y amigos, pero hay algo más. Despierta en nosotros un sentimiento cuando nos empezamos a poner el zapato negro, la túnica, el cinturón, el tambor o el bombo y, en mi caso, el guante.
El guante significa que esto empieza ya y es ese punto de inflexión donde vemos a quien tenemos al lado y sentimos que vamos todos hacia un mismo sitio. Creo que es por eso por lo que nos gusta tanto, nos ponemos todos de acuerdo, cosa que es un fenómeno difícil de ver últimamente y lo hacemos tan fácilmente y con tanta voluntad que nos enamora.
Obviamente cada un tiene su momento favorito de esas casi 48 horas de tocar. Para mí, el momento después de cenar el jueves santo, hacer tiempo para ponerme la túnica y salir todos por la puerta de casa con el tambor colgado es un momento increíble. Es el más esperado de todos, pero no sabría decir cuál de todos ellos es el mejor porque no quitaría ninguno.
Personalmente, lo que espero de cada Semana Santa es que sea igual que la anterior porque eso significará que será la mejor Semana Santa de todas. Me gusta creer que la mejor Semana Santa es siempre la del año pasado, una Semana Santa normal, típica, sin complicaciones y con las mismas ganas y cansancio de siempre.
Así que espero y deseo que ésta misma que tenemos delante sea la semana más típica y normal de todas.
Alejandro Vallés
