La Semana Santa de Calanda debe su éxito a muchos factores, el más repetido suele ser a la difusión que hizo de ella el Cineasta Español mas Universal, Luis Buñuel, pero vamos a ir un poco más allá.
Si bien es cierto que Buñuel contribuyó a su mediatización hay otros factores que sitúan a Calanda, su Semana Santa y el toque del Tambor y el Bombo en lo mas alto.
Lo primero de todo su antigüedad y por consiguiente su consolidación, desde tiempo inmemorial se conoce la tradición del toque de tambores y bombos en Calanda, este hecho automáticamente la arraiga y asienta, por ejemplo la cofradía del Santísimo está fundada nada mas y nada menos que en 1584.
La Semana Santa de Calanda debe su éxito a muchos factores, el más repetido suele ser a la difusión que hizo de ella el Cineasta Español mas Universal, Luis Buñuel, pero vamos a ir un poco más allá.
Si bien es cierto que Buñuel contribuyó a su mediatización hay otros factores que sitúan a Calanda, su Semana Santa y el toque del Tambor y el Bombo en lo mas alto.
Lo primero de todo su antigüedad y por consiguiente su consolidación, desde tiempo inmemorial se conoce la tradición del toque de tambores y bombos en Calanda, este hecho automáticamente la arraiga y asienta, por ejemplo la cofradía del Santísimo está fundada nada mas y nada menos que en 1584.
La Semana Santa de Calanda debe su éxito a muchos factores, el más repetido suele ser a la difusión que hizo de ella el Cineasta Español mas Universal, Luis Buñuel, pero vamos a ir un poco más allá.
Si bien es cierto que Buñuel contribuyó a su mediatización hay otros factores que sitúan a Calanda, su Semana Santa y el toque del Tambor y el Bombo en lo mas alto.
Lo primero de todo su antigüedad y por consiguiente su consolidación, desde tiempo inmemorial se conoce la tradición del toque de tambores y bombos en Calanda, este hecho automáticamente la arraiga y asienta, por ejemplo la cofradía del Santísimo está fundada nada mas y nada menos que en 1584.
La Semana Santa de Calanda debe su éxito a muchos factores, el más repetido suele ser a la difusión que hizo de ella el Cineasta Español mas Universal, Luis Buñuel, pero vamos a ir un poco más allá.
Si bien es cierto que Buñuel contribuyó a su mediatización hay otros factores que sitúan a Calanda, su Semana Santa y el toque del Tambor y el Bombo en lo mas alto.
Lo primero de todo su antigüedad y por consiguiente su consolidación, desde tiempo inmemorial se conoce la tradición del toque de tambores y bombos en Calanda, este hecho automáticamente la arraiga y asienta, por ejemplo la cofradía del Santísimo está fundada nada mas y nada menos que en 1584.
Todos sabemos lo que es la Semana Santa. La última semana de la cuaresma, desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección. Pero para nosotros es mucho más que eso.
Los que vivimos lejos del pueblo, en mi caso por ejemplo, cuando me preguntan qué hago en el pueblo esta semana o me preguntan por qué nos vestimos así, nunca sé muy bien que responder. Les contaría todo lo que vivo, pero tampoco les contaría nada porque no llegan a entender lo que sentimos o lo que vivimos, y creedme cuando os digo, que lo he intentado de muchas formas y diferentes todas ellas.
Creo que esto nos lo preguntamos muchos cada vez que se acerca la fecha indicada y, no solo nos preguntamos por qué lo hacemos, yo siempre me he preguntado también por qué me gusta tanto nuestra Semana Santa.
Hoy me han dicho al oído que hay una Inteligencia Artificial que no nos dejará ser nosotros. Llega el fin de la realidad. Que alguien ha diseñado una IA capaz de mejorar cualquier cosa que hayamos sido capaces de hacer antes, y de darle sentido… Que el futuro será, es de ella, como el pasado es nuestro. Que los próximos años, desde tu móvil podrás fingir el mundo, comprarlo, adulterarlo, sonreír, mentirte a ti mismo, quedarte en paro (aún más); todo igual que hasta ahora pero con menos credibilidad incluso, si me apuras. Llegará la IA de turno y ya no merecerá la pena hacer fotos ni escribir ni hacer música ni… Ni ser nosotros. La verdad es que me da asco todo esto: nunca me han gustado las cosas que reptan. Esa arrogancia que me dice, vete, cede, confórmate, claudica ante los nuevos tiempos, dame tu dimensión espiritual que la voy a mezclar con la del resto y voy a hacer negocio con lo que eres. Es curioso cómo debe ser el mundo.
En primer lugar, me gustaría dar las gracias a mis compañeros de Junta. Me siento muy afortunado de tener el reconocimiento de todos ellos.
Ser el encargado de “Romper la hora” es un momento único que solo pasa una vez en la vida y creo que todos calandinos y calandinas hemos pensado alguna vez: “Ojalá fuera yo”.
Este año va a ser muy especial para mí. Llevo tocando el bombo toda la vida y por mi manera de ser, no concibo la Semana Santa sin llevar puesta mi túnica y mi bombo. Creo que solo he salido una vez a la procesión de “El Pregón” tocando el tambor y fue por salir junto a mi padre tocando juntos. Después de aquella experiencia, aún lo tuve más claro, demasiado sufrir y padecer para no sentirme identificado con el tambor.
Para mí el bombo significa esfuerzo, sacrificio, pasión, sentimiento, en fin, para mí EL BOMBO LO ES TODO.
Nací un 22 de junio de 1956, en Calanda. Desde muy pequeño, mis padres, José y María, el Garrén y la Copera, me educaron en la fe cristiana, y de ello les estoy eternamente agradecido. Esta fe es la que me ha impulsado, a lo largo de mi vida, a participar activamente en acciones parroquiales, y lógicamente a vivir intensamente la Semana Santa.
Después de pasar por las monjas y escuelas nacionales (como todos), realicé mis estudios de bachiller en los escolapios de Alcañiz. Y una vez finalizados, desestimé la oferta universitaria y opté por estudiar Contabilidad y Secretariado Mercantil. Dos años viajando con el autobús hasta Alcañiz, para realizar los estudios en la Academia Kühnel. A partir de entonces y, desde muy joven, hablo de 16 años, comencé mi vida laboral, siempre en Calanda y en la zona del Bajo Aragón desempeñando varios oficios. Dos años antes de la celebración del centenario del nacimiento de Luis Buñuel, comenzó mi relación laboral, hasta mi jubilación, en el Ayuntamiento de Calanda.
Nací un 22 de junio de 1956, en Calanda. Desde muy pequeño, mis padres, José y María, el Garrén y la Copera, me educaron en la fe cristiana, y de ello les estoy eternamente agradecido. Esta fe es la que me ha impulsado, a lo largo de mi vida, a participar activamente en acciones parroquiales, y lógicamente a vivir intensamente la Semana Santa.
Después de pasar por las monjas y escuelas nacionales (como todos), realicé mis estudios de bachiller en los escolapios de Alcañiz. Y una vez finalizados, desestimé la oferta universitaria y opté por estudiar Contabilidad y Secretariado Mercantil. Dos años viajando con el autobús hasta Alcañiz, para realizar los estudios en la Academia Kühnel. A partir de entonces y, desde muy joven, hablo de 16 años, comencé mi vida laboral, siempre en Calanda y en la zona del Bajo Aragón desempeñando varios oficios. Dos años antes de la celebración del centenario del nacimiento de Luis Buñuel, comenzó mi relación laboral, hasta mi jubilación, en el Ayuntamiento de Calanda.
Un grupo de amigos frecuentaba en los años 1966-1970 el Bar Olimpia. Allí se juntaba la pandilla haciendo tertulia varias veces a la semana, tomando café y hablando de lo humano y de lo divino. Eran vecinos del pueblo y tenían la consideración de virtuosos percusionistas, dominadores de los toques tradicionales de Semana Santa.
Por el bar de Tomás Gascón acudían su cuñado Blas Franco, Paco Herrero y Miguel Espada, todos ellos bombistas, así como su primo José Gascón, Gregorio Aznar, Manuel Dueñas y Gregorio Brumos, que tocaban el tambor. El grupo iba poco a poco aumentando, uniéndose Miguel Luengo, el blanco, que procedía de la banda de la Cofradía de la Dolorosa y después Pascual Palos, Mariano Gayán, José Quílez y un jovencísimo Miguel Magrazó. El coordinador que estaba al tanto de las reuniones y llevaba el control no era otro que Andrés Aznar, el tío Andrés.
La cuadrilla de Tomás Gastón en el concurso de Tambores de Híjar año 1971Semana Santa de Calanda 1972Año 1974. Foto de la grabación del programa que dirigía José María Iñigo (Directisimo – TVE)Viaje Cuadrilla de Tomás Gascón a Teruel grabados por RTVECuadrilla de Tomás Gascón Semana Santa 1970
Analizar la controvertida personalidad de Tomás Gascón es un asunto que no requiere ninguna simplificación. El artesano del tambor heredó de su padre, Juan José Gascón, toda la maestría en la fabricación de los instrumentos de percusión. El Padre Mindán, en su memorable trabajo para el libro El sueño de los tambores (2005), describe al padre de Tomás, Juan José Gascón Trallero, junto a Pascual Labarías Lahoz, el Juanete y Antonico Herrero, el confitero, como los mejores percusionistas en la primera mitad del siglo XX.
Tomás Gascón fabricó miles de tambores y bombos, que los fue vendiendo a medida que los iba construyendo. Empezó a trabajar desde muy niño en la pequeña casa de la calle Santa Águeda, y cuando la vivienda y el corral que tenía enfrente quedaron desbordados por la cantidad de material almacenado, se trasladaron a vivir a la calle San Miguel, en la confluencia con la plaza de España. Allí en la planta baja regentó un bar, con su mujer Josefina, al que le pusieron el nombre de Bar Olimpia.
Tomás Gascón concurso tambores Híjar (Foto del C.E. del Bajo Martín)
Así me siento al ponerme a escribir estas líneas que me ha pedido nuestro Presidente, Juan Herrero. Debo reconocer que han sido varias las ocasiones en las que lo ha hecho a lo largo de estos últimos años, pero, con la vida tan acelerada que llevamos y por falta de tiempo, nunca lo llegué a hacer. Pues bien, en estos momentos en los que, como he dicho, soy un nazareno más, creo que es una buena ocasión para saldar esa “deuda” que, de alguna forma, había contraído con Juan y con muchos de vosotros, con los que he tenido la oportunidad de compartir y -lo que es más importante- de disfrutar, asistiendo, en representación de nuestro pueblo, a Jornadas Nacionales, Jornadas de la Ruta e innumerables eventos culturales, algunos con gran repercusión mediática y muy atractivos desde todo punto de vista, como la Gala de los premios Goya y otros que no lo eran tanto. Recuerdo uno especialmente: la inauguración de una exposición sobre Los Olvidados, en Villanueva de los Barros, Extremadura. En todos los casos tuvisteis una actitud y disposición ejemplares, por lo que os estaré siempre agradecido. Habéis sido los mejores embajadores de Calanda en todos y cada uno de esos actos y no solo no habéis defraudado nunca, sino que siempre superasteis todas las expectativas, dejando el pabellón de Calanda en lo más alto.