«La Semana Santa que conocemos» por Manuel Adrián Royo Ramos

Semana Santa Calanda 2018 - Rompida de la Hora - Foto de José Quintana Merino

La Semana Santa que conocemos hoy es muy parecida a la de hace algunos años, en lo fundamental, en lo tradicional, diríamos que casi, casi, es la misma. ¿pero esa es la realidad?

A lo largo de los años hemos sido capaces de mantener viva la tradición y el verdadero espíritu de nuestra fiesta más querida, pero existen algunas diferencias…

El peso de la religión y de la autoridad que se ejercía sobre la ciudadanía era absolutamente determinante a la hora de celebrar algunos actos, nada de lo que pudiera parecer festivo estaba permitido, el luto se cernía sobre toda la población y algunas costumbres o pequeños vicios se aparcaban durante esos días donde solo estaba permitido el duelo y el silencio, Jesús el Nazareno había sido crucificado y las misas y los turnos de rezo eran constantes.

Solo la noche del viernes santo era un espacio de libertad, encubierta eso sí, bajo el sonido de los tambores y bombos que recorrían toda la población, donde las cuadrillas paraban en algunas casas y cocheras y se disfrutaba de un ambiente en el que las autoridades, no se sabe bien porque, levantaban la mano y cerraban lo ojos ante esa manifestación festiva y libre que disfrutaban, sobre todo los calandinos ya que no era tan frecuente por la equivocada mentalidad de la época que las mujeres participaran como hoy en día.

La Semana Santa que conocemos hoy es muy parecida a la de hace algunos años, en lo fundamental, en lo tradicional, diríamos que casi, casi, es la misma. ¿pero esa es la realidad?

A lo largo de los años hemos sido capaces de mantener viva la tradición y el verdadero espíritu de nuestra fiesta más querida, pero existen algunas diferencias…

Putuntunes

El peso de la religión y de la autoridad que se ejercía sobre la ciudadanía era absolutamente determinante a la hora de celebrar algunos actos, nada de lo que pudiera parecer festivo estaba permitido, el luto se cernía sobre toda la población y algunas costumbres o pequeños vicios se aparcaban durante esos días donde solo estaba permitido el duelo y el silencio, Jesús el Nazareno había sido crucificado y las misas y los turnos de rezo eran constantes.

Solo la noche del viernes santo era un espacio de libertad, encubierta eso sí, bajo el sonido de los tambores y bombos que recorrían toda la población, donde las cuadrillas paraban en algunas casas y cocheras y se disfrutaba de un ambiente en el que las autoridades, no se sabe bien porque, levantaban la mano y cerraban lo ojos ante esa manifestación festiva y libre que disfrutaban, sobre todo los calandinos ya que no era tan frecuente por la equivocada mentalidad de la época que las mujeres participaran como hoy en día.

La Semana Santa que conocemos hoy es muy parecida a la de hace algunos años, en lo fundamental, en lo tradicional, diríamos que casi, casi, es la misma. ¿pero esa es la realidad?

A lo largo de los años hemos sido capaces de mantener viva la tradición y el verdadero espíritu de nuestra fiesta más querida, pero existen algunas diferencias…

Putuntunes

El peso de la religión y de la autoridad que se ejercía sobre la ciudadanía era absolutamente determinante a la hora de celebrar algunos actos, nada de lo que pudiera parecer festivo estaba permitido, el luto se cernía sobre toda la población y algunas costumbres o pequeños vicios se aparcaban durante esos días donde solo estaba permitido el duelo y el silencio, Jesús el Nazareno había sido crucificado y las misas y los turnos de rezo eran constantes.

Solo la noche del viernes santo era un espacio de libertad, encubierta eso sí, bajo el sonido de los tambores y bombos que recorrían toda la población, donde las cuadrillas paraban en algunas casas y cocheras y se disfrutaba de un ambiente en el que las autoridades, no se sabe bien porque, levantaban la mano y cerraban lo ojos ante esa manifestación festiva y libre que disfrutaban, sobre todo los calandinos ya que no era tan frecuente por la equivocada mentalidad de la época que las mujeres participaran como hoy en día.

La Semana Santa que conocemos hoy es muy parecida a la de hace algunos años, en lo fundamental, en lo tradicional, diríamos que casi, casi, es la misma. ¿pero esa es la realidad?

A lo largo de los años hemos sido capaces de mantener viva la tradición y el verdadero espíritu de nuestra fiesta más querida, pero existen algunas diferencias…

Putuntunes

El peso de la religión y de la autoridad que se ejercía sobre la ciudadanía era absolutamente determinante a la hora de celebrar algunos actos, nada de lo que pudiera parecer festivo estaba permitido, el luto se cernía sobre toda la población y algunas costumbres o pequeños vicios se aparcaban durante esos días donde solo estaba permitido el duelo y el silencio, Jesús el Nazareno había sido crucificado y las misas y los turnos de rezo eran constantes.

Solo la noche del viernes santo era un espacio de libertad, encubierta eso sí, bajo el sonido de los tambores y bombos que recorrían toda la población, donde las cuadrillas paraban en algunas casas y cocheras y se disfrutaba de un ambiente en el que las autoridades, no se sabe bien porque, levantaban la mano y cerraban lo ojos ante esa manifestación festiva y libre que disfrutaban, sobre todo los calandinos ya que no era tan frecuente por la equivocada mentalidad de la época que las mujeres participaran como hoy en día.

«El bombo como elemento esencial en la Semana Santa Calandina» Por Manuel Royo Ramos

calandanazareno - bombos

A lo largo de los años son muchos los tamborileros que por un motivo u otro todos podemos recordar, algunos es bastante sencillo, fueron lideres de sus cuadrillas, incansables tamborileros capaces además de poner sus nombre a algunos toques que hacemos sonar hoy en día, incansablemente… el JUANETE, EL TIO RAMON O EL RABALERA son claros ejemplos…

Otros redoblaron en sus cofradías o sencillamente mostraban su destreza  admirada por todos los que los seguían y contemplaban con asombro, los redobles de Antonico Damián, el Tío Benito, el Valenciano, el Miguel  “el luengo” o el más televisivo, entrevistado y polifacético Tomas Gascón son claros ejemplos de ello. No nombrare en este escrito, aquellos que todavía hoy,  por suerte son parte de nuestro presente y todavía disfrutamos año tras año de sus sonidos…

La web oficial de la Semana Santa de Calanda se hace eco del viaje de los tambores y bombos al Parlamento Europeo

La web oficial de la Semana Santa de Calanda ha publicado una entrada en su blog sobre el viaje que los tambores y bombos de Calanda hicieron, el pasado mes de Junio, a la sede del parlamento europeo en Estrasburgo. Invitados por la europarlamentaria socialista Inés Ayala con motivo de una conferencia sobre el cineasta calandino Luis Buñuel.

«Tambores y Bombos Europeos» por Manuel Royo Ramos

Tambores y Bombos de Calanda en el Parlamento Europeo de Estrasburgo

Hace ya algunos años y por mediación de amigos comunes, tuve la suerte de conocer a Inés Ayala Sender, Eurodiputada Aragonesa por el PSOE.

Muchos son los lazos que nos unen, muchas las cuestiones en las que desde Europa me ayudó siempre a realizar mi trabajo, especialmente en los conflictos del sector minero en los que es una trabajadora incansable. Amable, simpática, trabajadora y como buena aragonesa amante de su tierra.

En cuanto ya tuvimos un poco de confianza y por el cariño a nuestras tradiciones, se atrevió a plantearme si me parecía interesante que los tambores de Calanda sonaran en la sede del Parlamento Europeo, a mi mientras fuese dentro de un marco lógico y razonable donde los tambores tuvieran su encaje, siempre le dije que me parecía bien y que si ella estaba dispuesta, hablaríamos de ello.

«Pasión Compartida» por Manuel Royo Ramos

calandanazareno - Manuel Royo Ramos

En mi humilde opinión, los municipios no son más importantes por ser ni más grandes, ni más pequeños, ni por tener más o menos capacidad económica, ni desde luego por encontrarse en uno u otro lugar de nuestra geografía española.

Una de las cuestiones que hacen grande de verdad a un municipio y a sus habitantes, es la capacidad de estos mismos de conservar y preservar, pese al paso del tiempo, las costumbres, tradiciones y sobre todo el amor por ese municipio que nuestros antepasados nos transmitieron.

Sin duda alguna una de esas tradiciones más arraigadas  para nosotros es la celebración de la Semana Santa, y uno de los momentos mas esperados, queridos y transmitidos generación tras generación es “La Rompida de la hora”, como la llamamos en Calanda.