Un grupo de amigos frecuentaba en los años 1966-1970 el Bar Olimpia. Allí se juntaba la pandilla haciendo tertulia varias veces a la semana, tomando café y hablando de lo humano y de lo divino. Eran vecinos del pueblo y tenían la consideración de virtuosos percusionistas, dominadores de los toques tradicionales de Semana Santa.

Por el bar de Tomás Gascón acudían su cuñado Blas Franco, Paco Herrero y Miguel Espada, todos ellos bombistas, así como su primo José Gascón, Gregorio Aznar, Manuel Dueñas y Gregorio Brumos, que tocaban el tambor. El grupo iba poco a poco aumentando, uniéndose Miguel Luengo, el blanco, que procedía de la banda de la Cofradía de la Dolorosa y después Pascual Palos, Mariano Gayán, José Quílez y un jovencísimo Miguel Magrazó. El coordinador que estaba al tanto de las reuniones y llevaba el control no era otro que Andrés Aznar, el tío Andrés.

A todos les unía el sentimiento por los redobles. Algunos, sin tener conocimiento de música, le hacían hablar al tambor. Ejecutaban a la perfección cualquier toque penitencial. Inventaron una melodía nueva, que estaba formada de varias piezas enlazadas, la primera relajada y una segunda más densa que terminaba con un gran estrépito. Le pusieron de nombre la Sinfonía, y desde entonces formó parte de los distintos sones tradicionales de Calanda.

Como el ambiente y la armonía de la pandilla era excelente los tertulianos ayudaban al artesano a dar garrote a los bombos, a probar las innovaciones instrumentales, comprobar los afinamientos y mejorar la sonoridad del tambor.

La popularidad de Gascón, como artesano y tamborilero iba creciendo en todos los ámbitos, informándoles al grupo de las últimas novedades sobre su persona, interesado en conocerlo el Gobernador Civil de Teruel, la entrevista que tenía concertada con el periodista Luis Carandel y la grabación que el cámara de TVE de Zaragoza, Miguel París, iba a realizarle. En realidad el artesano era un líder.

Unos días antes de la Semana Santa de 1968, Tomás Gascón que había ido a Híjar a vender unos tambores, llevó a la tertulia un folleto anunciando la celebración en esa población de un concurso comarcal del toque de tambores y bombos. Al parecer unos años tuvo la con­vocatoria carácter local pero ante la escasa participación decidió el Ayuntamiento que la convocatoria fuera de categoría comarcal.

Enterados los componentes de la cuadrilla del concurso de Híjar decidieron presentarse. Ensayaron varias veces pero no pudieron concursar al no estar apuntados. Al final de la actuación de las cuadrillas inscritas, les dejaron a la de Calanda realizar una breve exhibición que al público le gustó mucho. Al año siguiente con la experiencia del funcionamiento de la prueba volvieron a participar, pero esta vez un fallo al final alteró el resultado y el premio fue para Alcañiz. Volvieron en 1970 con la lección bien aprendida, incluso realizaron pequeños arreglos en los toques. Esta vez no fallaron, conquistando la cuadrilla el primer premio. Y siguieron ganando cinco años seguidos.

La prensa de Teruel registró la noticia, dando cuenta del triunfo de la cuadrilla de Tomás Gascón de Calanda. La información llegó hasta el mismo Gobierno Civil, cursando al Ayuntamiento una carta para trasladarla al jefe de la cuadrilla, invitando al grupo a desplazarse a Teruel, con todos los gastos pagados, para intervenir en un acto oficial y que dieran una exhibición.

La cuadrilla adquiere una enorme popularidad. Son todos excelentes percusionistas y el triunfo cosechado en Híjar les llena de satisfacción a todos.

Después de este éxito tan espectacular, en los albores de la Semana Santa de 1970, el coadjutor de la Parroquia, mosén Roberto Gracia, les informa a la cuadrilla que había en la iglesia, un paso, el de Jesús Nazareno, que lleva un tiempo sin procesionar, porque nadie lo sacaba. El sacerdote trató de convencerles, apelando a que el grupo es adalid en la defensa de las tradiciones de Calanda y que deberían ser ellos los encargados de sacar el paso en las procesiones.

Después de una intensa deliberación, la cuadrilla acepta la propuesta de mosén Roberto y ese año sacan la imagen del Nazareno. Horas antes de salir la procesión de la Soledad, limpiaron el polvo de la peana, comprobaron que la cruz que lleva Jesús Nazareno estuviera lo suficientemente segura, y sin más preparación, cuatro de la cuadrilla portaron el paso llevando ellos mismos las muletas, con el capirote levantado, desfilando detrás de la imagen el resto de la cuadrilla tocando el tambor y el bombo. Aquello fue un momento histórico. Fue el primer eslabón de lo que vendría después.

Al año siguiente, 1971, una vez fundada oficialmente la Cofradía, el grupo debe tomar la decisión de arreglar el paso y asumir los gastos que ocasione. Están decididos a continuar, y movidos por ajustar todas sus actuaciones dentro del espíritu de la Semana Santa, adoptan, por unanimidad el acuerdo de seguir procesionando la imagen de Jesús Nazareno.

En 1973 la cuadrilla es protagonista de una insólita noticia. El Ayuntamiento encarga a Tomás Gascón la construcción de un bombo que por sus dimensiones y envergadura resultó todo un desafío. El grupo se reúne en el taller de ebanistería de José Gascón y colaborando entre todos terminan su labor para que el bombo esté listo la Semana Santa de ese año. El corresponsal de la prensa enterado de la novedad manda a los medios de comunicación de Zaragoza la información y estos la rebotan a toda la prensa nacional con el siguiente titular: “En Calanda se ha construido el bombo más grande del mundo”.

Pero aún hay otra noticia que resulta de gran impacto. Ocurrió en 1974. A instancias de una invitación que TVE cursa al Alcalde de Calanda, traslada a la cuadrilla la petición de que viajen a Prado del Rey para actuar en el programa Directísimo, que dirige José María Íñigo. La cuadrilla realiza una interpretación genial del toque de tambores y bombos. Al final el presentador le hace una entrevista a Tomás Gascón que explica las tradiciones y el ritual de la Semana Santa de Calanda. El magacín Directísimo era el programa de mayor audiencia de la época.

El grupo continúa con la proyección al exterior, todavía figurando el nombre de cuadrilla de Tomás Gascón. El popular artesano sigue concertando viajes, organizando actuaciones y fabricando más tambores, con el apoyo de su familia.

Portada del libro "Cofradía de Jesús Nazareno - 50 Años de historia"
Portada del libro «Cofradía de Jesús Nazareno – 50 Años de historia»

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