La peana del Nazareno al detalle

La parte frontal la preside el escudo de la cofradía que consta de los 3 clavos y la corona de espinas, justo debajo un ángel y sus lados dos apóstoles con cetros.

En 1989, la peana se renovó y se añadió una magnífica obra tallada en madera por M. Cortés. Esta cuenta con una ornamentación vegetal y floral que rodea varios pasajes de la Pasión de Jesús, y cada esquina está custodiada por un ángel que sostiene un objeto. Encima de la misma 4 son los pebeteros donde se alojan los mecheros para el fuego durante la procesión.

«Semana Santa: Pasión, Tradición y Familia» por Marta Espada Aguilar

Marta Espada Aguilar

Pasión, devoción, familia y amistad. Estas son algunas de las palabras que definen la
Semana Santa para mí. Días en los que el sonido de los tambores y cada uno de los
reencuentros con amigos y familia refuerza el significado de esta celebración, si cabe.

Cuando cesan los redobles el Sábado Santo, comienza la cuenta atrás para el próximo año.
Aunque los tambores queden en silencio, el vínculo que nos une sigue vivo.

Pasión, devoción, familia y amistad. Estas son algunas de las palabras que definen la
Semana Santa para mí. Días en los que el sonido de los tambores y cada uno de los
reencuentros con amigos y familia refuerza el significado de esta celebración, si cabe.

Cuando cesan los redobles el Sábado Santo, comienza la cuenta atrás para el próximo año.
Aunque los tambores queden en silencio, el vínculo que nos une sigue vivo.

Pasión, devoción, familia y amistad. Estas son algunas de las palabras que definen la
Semana Santa para mí. Días en los que el sonido de los tambores y cada uno de los
reencuentros con amigos y familia refuerza el significado de esta celebración, si cabe.

Cuando cesan los redobles el Sábado Santo, comienza la cuenta atrás para el próximo año.
Aunque los tambores queden en silencio, el vínculo que nos une sigue vivo.

Pasión, devoción, familia y amistad. Estas son algunas de las palabras que definen la
Semana Santa para mí. Días en los que el sonido de los tambores y cada uno de los
reencuentros con amigos y familia refuerza el significado de esta celebración, si cabe.

Cuando cesan los redobles el Sábado Santo, comienza la cuenta atrás para el próximo año.
Aunque los tambores queden en silencio, el vínculo que nos une sigue vivo.

«Cuando Buñuel prescindió de los tambores» por Jordi Xifra

Tomás Gascón con Luis Buñuel tocando el tambor en Semana Santa Calanda 1963

De todos es sabida la pasión de Buñuel por los tambores y por la tamborrada de Calanda. Sin esta pasión hoy quizá la Semana Santa calandina no tendría la difusión que tiene. Buñuel fue, sin duda, su gran “relaciones públicas”. Su buen amigo, el escritor y poeta calandino José Repollés Aguilar, explicó a Max Aub a propósito de la familia Buñuel: «Ya don Leonardo fue de los primeros en ves¬tirse de soldado romano, y luego continuaron haciéndolo todos los hijos. Por¬que yo se lo he visto hacer a Alfonso muchísimas veces, y Luis lo hacía también todos los años. Luego don Leonardo, cuando llegaba Semana Santa, subía al lugar donde se reúnen, que siempre es en el mismo sitio, una especie de cuar¬telillo donde los quince o veinte hombres se visten y eso. Llegaba don Leonar¬do y les daba una cantidad, que me parece que eran veinte duros, y le estoy hablando del año 1908, del año 1910 y del año 1912, cuando veinte duros, oiga, era para hincharse de comer carne y de beber vino y aún les sobraba di¬nero para hacer una merienda de Pascua. Luis continuó haciendo lo mismo que hacía su padre. Y cada año, cuando venía, subía lo mismo al cuartelillo ese, como si fuera un rito. Al llegar a Calanda subía donde estaban los putuntunes y charlaba un rato con ellos. Bueno, y entonces les dejaba una cantidad esplén¬dida. Ya en aquellos tiempos Luis les daba 500 pesetas. Pero es que luego, después de la guerra, cuando Luis ya no pudo venir, Alfonso continuó hacién¬dolo, y delante de mí lo ha hecho todas las veces, seis, ocho y diez años». Esta pasión por la Pascua llegó hasta la creación por parte de Buñuel, siempre según el propio Repollés, de unos toques tamboriles. «Hay uno dice Repollés que es creación de Luis. Y Luis le dio nom¬bre. Uno de los toques de tambores es, por ejemplo, la marcha palillera. Y otro que, como digo, es de Luis, es: me la han cascao, me la han cascao. Le encan¬ta esto. Le encanta. Este es un toque de los que le gustan. Y le lla¬ma él así: “el toque del me la han cascao”. Y allí, en Calanda, pues el toque del me la han cascao es un toque muy curioso y muy espectacu¬lar».

«Representar a Calanda» por Carlos Palos Sáez

Jornadas Nacionales Calanda 2014

Mi sentimiento calandino, forma parte de mi ser. Desde que mi infancia transcurrió por el añorado barrio de la cantarerías en compañía de mi abuelo Manuel el Quiquín y mi abuela Isabel la Parreta. Las dos manifestaciones más importantes de la tierra baja siempre fueron la jota y nuestra tradición tamborilera. En ese ambiente crecí y forman parte de mi vida.

Llevar el nombre de Calanda por todos los rincones de nuestra geografía, ha sido y será el adn para muchos de los que formamos parte de la tradición de nuestro pueblo desde hace años.

«Devoción Pilarista con sello Nazareno»

Manto Cofradía Jesús Nazareno para la Virgen del Pilar

Fue la pasada Semana Santa 2023 cuando surgió la idea de realizar un manto a nuestra patrona, la Virgen del Pilar. Para ello, la Junta de la Cofradía valoró esta iniciativa, la cual aceptó gustosamente y sin dudarlo.


Antes de todo hemos de preguntarnos qué significa realizar un regalo como este a nuestra patrona. Pues es una muestra de amor y gratitud hacia nuestra madre, pero también una forma de petición, de promesa, de esperanza… Esto demuestra la gran relevancia que para nuestra cofradía tiene este homenaje, un sentimiento de unión donde todos los cofrades, con sus diferencias y similitudes nos unimos en un mismo fin, pues ese es el verdadero mensaje de una cofradía.

Fue la pasada Semana Santa 2023 cuando surgió la idea de realizar un manto a nuestra patrona, la Virgen del Pilar. Para ello, la Junta de la Cofradía valoró esta iniciativa, la cual aceptó gustosamente y sin dudarlo.


Antes de todo hemos de preguntarnos qué significa realizar un regalo como este a nuestra patrona. Pues es una muestra de amor y gratitud hacia nuestra madre, pero también una forma de petición, de promesa, de esperanza… Esto demuestra la gran relevancia que para nuestra cofradía tiene este homenaje, un sentimiento de unión donde todos los cofrades, con sus diferencias y similitudes nos unimos en un mismo fin, pues ese es el verdadero mensaje de una cofradía.

Fue la pasada Semana Santa 2023 cuando surgió la idea de realizar un manto a nuestra patrona, la Virgen del Pilar. Para ello, la Junta de la Cofradía valoró esta iniciativa, la cual aceptó gustosamente y sin dudarlo.


Antes de todo hemos de preguntarnos qué significa realizar un regalo como este a nuestra patrona. Pues es una muestra de amor y gratitud hacia nuestra madre, pero también una forma de petición, de promesa, de esperanza… Esto demuestra la gran relevancia que para nuestra cofradía tiene este homenaje, un sentimiento de unión donde todos los cofrades, con sus diferencias y similitudes nos unimos en un mismo fin, pues ese es el verdadero mensaje de una cofradía.

«Salvaguardas de la tradición» por Joel Ibáñez Bondía

Rompida de la Hora - Semana Santa de Calanda 2015

Recientemente estamos observando como en lo que a toques del tambor y bombo se refiere se está reculando a lo que llaman “lo tradicional” y para mí es sin duda una buena noticia.

Llevamos años escuchando toques que para nada representan la Semana Santa de nuestra tierra, más bien recuerdan al carnaval de Brasil o las batucadas de alguna manifestación.

«125 años» por José Antonio Gargallo Gascón

Cofradía Jesús Nazareno - Foto de José Antonio Gargallo

Hace 125 años no había dentistas, había sacamuelas. Hace 125 años la gente agachaba la cabeza, no por Instagrám. Este texto, hace 125 años lo habría leído poca gente, entonces pocos sabían leer. Hace 125 años no había pasado ni la primera guerra mundial, qué suerte la nuestra… Hace 125 años, yo no habría tenido opinión, pues estaban todas polarizadas, también entonces… Hace 125 años el cielo nos esperaba a todos, pero sin estelas químicas (¿alguna duda?). Hace 125 años la tierra no era plana… era como dios manda.

Y aquí estamos, 125 años después, conmemorando…

«La Semana Santa que conocemos» por Manuel Adrián Royo Ramos

Semana Santa Calanda 2018 - Rompida de la Hora - Foto de José Quintana Merino

La Semana Santa que conocemos hoy es muy parecida a la de hace algunos años, en lo fundamental, en lo tradicional, diríamos que casi, casi, es la misma. ¿pero esa es la realidad?

A lo largo de los años hemos sido capaces de mantener viva la tradición y el verdadero espíritu de nuestra fiesta más querida, pero existen algunas diferencias…

El peso de la religión y de la autoridad que se ejercía sobre la ciudadanía era absolutamente determinante a la hora de celebrar algunos actos, nada de lo que pudiera parecer festivo estaba permitido, el luto se cernía sobre toda la población y algunas costumbres o pequeños vicios se aparcaban durante esos días donde solo estaba permitido el duelo y el silencio, Jesús el Nazareno había sido crucificado y las misas y los turnos de rezo eran constantes.

Solo la noche del viernes santo era un espacio de libertad, encubierta eso sí, bajo el sonido de los tambores y bombos que recorrían toda la población, donde las cuadrillas paraban en algunas casas y cocheras y se disfrutaba de un ambiente en el que las autoridades, no se sabe bien porque, levantaban la mano y cerraban lo ojos ante esa manifestación festiva y libre que disfrutaban, sobre todo los calandinos ya que no era tan frecuente por la equivocada mentalidad de la época que las mujeres participaran como hoy en día.

La Semana Santa que conocemos hoy es muy parecida a la de hace algunos años, en lo fundamental, en lo tradicional, diríamos que casi, casi, es la misma. ¿pero esa es la realidad?

A lo largo de los años hemos sido capaces de mantener viva la tradición y el verdadero espíritu de nuestra fiesta más querida, pero existen algunas diferencias…

Putuntunes

El peso de la religión y de la autoridad que se ejercía sobre la ciudadanía era absolutamente determinante a la hora de celebrar algunos actos, nada de lo que pudiera parecer festivo estaba permitido, el luto se cernía sobre toda la población y algunas costumbres o pequeños vicios se aparcaban durante esos días donde solo estaba permitido el duelo y el silencio, Jesús el Nazareno había sido crucificado y las misas y los turnos de rezo eran constantes.

Solo la noche del viernes santo era un espacio de libertad, encubierta eso sí, bajo el sonido de los tambores y bombos que recorrían toda la población, donde las cuadrillas paraban en algunas casas y cocheras y se disfrutaba de un ambiente en el que las autoridades, no se sabe bien porque, levantaban la mano y cerraban lo ojos ante esa manifestación festiva y libre que disfrutaban, sobre todo los calandinos ya que no era tan frecuente por la equivocada mentalidad de la época que las mujeres participaran como hoy en día.

La Semana Santa que conocemos hoy es muy parecida a la de hace algunos años, en lo fundamental, en lo tradicional, diríamos que casi, casi, es la misma. ¿pero esa es la realidad?

A lo largo de los años hemos sido capaces de mantener viva la tradición y el verdadero espíritu de nuestra fiesta más querida, pero existen algunas diferencias…

Putuntunes

El peso de la religión y de la autoridad que se ejercía sobre la ciudadanía era absolutamente determinante a la hora de celebrar algunos actos, nada de lo que pudiera parecer festivo estaba permitido, el luto se cernía sobre toda la población y algunas costumbres o pequeños vicios se aparcaban durante esos días donde solo estaba permitido el duelo y el silencio, Jesús el Nazareno había sido crucificado y las misas y los turnos de rezo eran constantes.

Solo la noche del viernes santo era un espacio de libertad, encubierta eso sí, bajo el sonido de los tambores y bombos que recorrían toda la población, donde las cuadrillas paraban en algunas casas y cocheras y se disfrutaba de un ambiente en el que las autoridades, no se sabe bien porque, levantaban la mano y cerraban lo ojos ante esa manifestación festiva y libre que disfrutaban, sobre todo los calandinos ya que no era tan frecuente por la equivocada mentalidad de la época que las mujeres participaran como hoy en día.

La Semana Santa que conocemos hoy es muy parecida a la de hace algunos años, en lo fundamental, en lo tradicional, diríamos que casi, casi, es la misma. ¿pero esa es la realidad?

A lo largo de los años hemos sido capaces de mantener viva la tradición y el verdadero espíritu de nuestra fiesta más querida, pero existen algunas diferencias…

Putuntunes

El peso de la religión y de la autoridad que se ejercía sobre la ciudadanía era absolutamente determinante a la hora de celebrar algunos actos, nada de lo que pudiera parecer festivo estaba permitido, el luto se cernía sobre toda la población y algunas costumbres o pequeños vicios se aparcaban durante esos días donde solo estaba permitido el duelo y el silencio, Jesús el Nazareno había sido crucificado y las misas y los turnos de rezo eran constantes.

Solo la noche del viernes santo era un espacio de libertad, encubierta eso sí, bajo el sonido de los tambores y bombos que recorrían toda la población, donde las cuadrillas paraban en algunas casas y cocheras y se disfrutaba de un ambiente en el que las autoridades, no se sabe bien porque, levantaban la mano y cerraban lo ojos ante esa manifestación festiva y libre que disfrutaban, sobre todo los calandinos ya que no era tan frecuente por la equivocada mentalidad de la época que las mujeres participaran como hoy en día.