Este año las Jornadas Nacionales se han celebrado en Baena (Córdoba) el municipio más lejano geográficamente a Calanda, pero no por ello la representación calandina ha sido menor. Cien tamborileros de todas las cofradías llegamos a Baena tras un largo viaje de 11 horas con la ilusión de mostrar nuevamente nuestra tradición más preciada.

Llegamos el viernes por la mañana a Baena y nos alojamos en una magnífica casona convertida en apartahotel regentado por la familia Cano, que nos trató de manera espléndida y que además nos cuidó el estómago de forma excelente para poder ir reponiendo fuerzas a lo largo de todo el fin de semana.

Como es habitual, el viernes por la tarde tuvieron lugar los actos institucionales de inauguración de las Jornadas y los tamborileros pudimos empezar a dar los primeros palillazos. Si de algo se precia la delegación calandina en todas las Jornadas Nacionales, es del hermanamiento que se produce entre todos nosotros. Un año más, prácticamente los cien tamborileros tocamos juntos en la noche del viernes y del sábado, siendo, probablemente, el grupo más numeroso tocando a la vez. Sin duda, este es uno de los atractivos de nuestra participación, ya que es mucha la gente que nos acompaña en nuestro recorrido por las calles. Gracias a todos los tamborileros por hacer posible este ambiente de hermandad y amistad en todo momento en las Jornadas.

También en los momentos de descanso o comidas en el apartahotel el ambiente fue fabuloso, lo que contribuye a hacer el fin de semana aún más especial, cargado de anécdotas y divertidos momentos.

El sábado por la mañana se celebró el acto de Exaltación en la explanada del Castillo de Baena, un marco incomparable. Una delegación de 17 calandinos reprodujeron los toques de Calanda de forma impecable, como siempre fieles a nuestros toques tradicionales, otra de nuestras señas de identidad.

Por la tarde llegó el momento del desfile. Se tocaron cuatro toques enlazados perfectamente gracias a la participación de todos en los ensayos de los días previos. Hubo momentos muy emocionantes a lo largo del recorrido, cuando el público aplaudía a nuestro paso o cuando nos detuvimos ante la tribuna de invitados, en la que estaba presente nuestro alcalde y su mujer, visiblemente emocionados, lo que nos emocionó también a muchos de nosotros.

Finalizado el desfile, una cena rápida y a Romper la Hora, o como lo llaman en Baena “Echar las cajas”. Sin duda, lo más importante de estas jornadas es poder conocer, comparar y enriquecernos con las distintas tradiciones de cada localidad, los variopintos tipos de tambores y la gran diversidad de atuendos.

En la noche del sábado estábamos ya bastante cansados después de tantas horas, pero aún estuvimos redoblando un buen rato por las calles de Baena, para terminar con un emocionante “pique” entre nosotros mismos, unos tocando “el pregón” y otros “el cuatrero” que después de casi una hora quedó en tablas y acabó con las pocas fuerzas que nos quedaban a la mayoría.

El domingo a las 6 de la mañana nos esperaban unos huevos fritos en el apartahotel y salida hacia Calanda a las 7 de la mañana. La ventaja de las Jornadas del 2017, a celebrar en Alcañiz, será el poder vivirlas más cómodamente, sin movernos de casa, pero también eso supone perder parte del encanto de las Jornadas, la convivencia, no solo entre los demás pueblos, sino entre nosotros mismos.

Para terminar, quiero dar las gracias a todos los calandinos que se desplazaron a Baena por su ejemplar representación de Calanda. El gran esfuerzo que ha supuesto para Isabel Barberán, Javier Cueto y para mi organizar un viaje así, queda sobradamente compensado con lo vivido en Baena.

Raúl Campoy García
Concejal Delegado de Semana Santa del Ayuntamiento de Calanda

A continuación un pequeño ejemplo de la convivencia entre diferentes formas de sentir el toque del tambor y del bombo  (Vídeo de Christian Heckel)

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