Recientemente estamos observando como en lo que a toques del tambor y bombo se refiere se está reculando a lo que llaman “lo tradicional” y para mí es sin duda una buena noticia.
Llevamos años escuchando toques que para nada representan la Semana Santa de nuestra tierra, más bien recuerdan al carnaval de Brasil o las batucadas de alguna manifestación.
Esas marchas importadas para concursos o exhibiciones se han introducido en nuestra Semana Santa y es un grave error y hasta peligroso para su integridad cultural.
Y es que eso de que a la juventud le aburra lo mal llamado tradicional para diferenciarlo de algo que sencillamente no tiene nada que ver con la tradición, es un síntoma de que algo se está haciendo mal y acaba deteriorando lo que ya es nada más y nada menos que patrimonio inmaterial de la Humanidad.
En Calanda tenemos la suerte de no padecer este fenómeno y pese a las críticas por “tocar siempre lo mismo” y demás argumentos para desmerecer los toques padres de todos, Calanda sigue siendo referente mundial de esta tradición y es precisamente por esto, por salvaguardarla sin excusa, sin necesidad de innovar y sin otra manera de entender esto más que de la auténtica, la original.
Marchas como la palillera, el Rabalera, el Juanete o el cuatrero son referencia en todos los sitios donde se toca el tambor y el bombo y llevan nombres de Calandinos , son la delicia de cuadrillas en la calle, a diferencia de esas batucadas y toques inventados ,estas, permiten que cualquiera pueda tocarlas e introducirse en ese trance y sensaciones que producen tocar lo que ya tocaban nuestros antepasados, eso es tocar el tambor y bombo en nuestra Semana Santa.
Empezaba diciendo que es una buena noticia esa tendencia que está volviendo a dar valor a los toques tradicionales , es una buena noticia porque es la manera de seguir con el legado de nuestros ancestros, es una manera de que la tradición la disfrute todo el mundo sin distinción, y también es una buena noticia porque el tiempo nos ha dado la razón.
Calanda siempre es la casa aquella que huele a tradición toda ella.
Joel Ibañez Bondia.
