Recientemente recibo una llamada de mi entrañable amigo Juan presidente de la Cofradía del Nazareno de Calanda. Una vez más es para darme una agradable noticia. Me comenta que la Cofradía tiene un blog donde se expresan comentarios y vivencias relacionadas con la Semana Santa. Me propone que por qué no colaboro y comente mis experiencias relacionadas con la Semana Santa el tambor y el bombo. Él ya sabía que no podría negarme porque como él y un número inmenso de bajo aragoneses somos los mensajeros de esa tradición que nos hace vibrar nos emociona tanto que a veces nos hace brotar alguna lágrima.
No conozco momentos más apasionados y de tanta plasticidad al mismo tiempo que tocar tu tambor o bombo al lado de tus familiares y amigos. En alguna ocasión el recuerdo de la persona que falta te hace brotar esas lágrimas tan dulces al mismo tiempo. He tenido la suerte que desde el 1971 al 2001 pertenecí a la Ruta del Tambor o como se conocía entonces Junta Coordinadora de la Semana Santa del Bajo Aragón “Ruta de Tambor y Bombo”, y durante 25 años ser su Presidente.
Calanda siempre estuvo ligada a mi persona además de por mi amistad con todos aquellos maestros de la cuadrilla de Gascón, que me ofrecieron y disfruté de su amistad. Fue allí donde se me eligió para ser presidente de la Ruta. Donde he gozado tocando mi tambor junto a aquellos amigos y los que ahora continúan y me enorgullece ser tan bien recibido. Jamás podré olvidar recibir el premio “Tambor de Oro de Calanda” a una labor que me concedía el privilegio de presumir de una distinción, que a mi familia y a mí nos llenó de orgullo.
De los pasajes vividos en la Ruta están entre mis recuerdos, la creación de Tambor Noble que junto al gran Antonio Royo tuvimos el acierto de crear. La primera entrega por unanimidad aplastante se le concedió a don Andrés Aznar al que esta Cofradía le recuerda con tanto cariño. Por cierto que hace poco tiempo tanto él como yo fuimos reconocidos nuevamente con un precioso trofeo disfrutando de la amable compañía de todos los presentes en una entrañable cena que permitió disfrutar de todos mis buenos amigos y que con algunos de ellos disfruto tocando el tambor cuando se presenta la ocasión.
Entre mis recuerdos no podían faltar los viajes a Sevilla a la Expo 92, uno de ellos no podré olvidar nunca por los incidentes que tuvimos en el viaje. Con herido incluido y avería en el aire acondicionado del autobús, problemas en la cena por no disponer al no entrar en el contrato del elemento que más ansiábamos todos, por el calor tan grande que hacía: AGUA. La verdad que esos malos momentos que me tocó pasar luego fueron recompensados ante el gran éxito que tuvo nuestra representación en el Pabellón de Aragón. Por cierto esa participación de los nueve pueblos de la Ruta tocando juntos, previo ensayo en la plaza de toros de Albalate del Arzobispo, en contra de algún escéptico que dudaba de su creación, se pudo comprobar que nuestros tambores y bombos aun siendo de diferentes pueblos se unían y sonaban a gloria. Esa fue mi mayor satisfacción para insistir reclamar y crear la “Cuadrilla de la Ruta”. Y vaya si ha funcionado. Creo que es uno de los momentos más emocionantes por lo menos para mí, el día del Pregón de la Ruta cuando entra esa cuadrilla que pone los pelos de punta a los presentes. Por eso sería de desear se recomendase a la Televisión se convenza y no comience con los títulos de crédito cuando está actuando la Cuadrilla que reprenda a nuestros tambores y bombos. Verdaderos protagonistas de ese encuentro.
Las Olimpiadas de Barcelona crean que fue para mí la sorpresa más grande que recibí por parte de los participantes en ese evento. Reconozco que cuando tuve los primeros contactos con la organización, les ponía muchas trabas a sus propuestas porque no me imaginaba que nuestra gente estuviera dispuesta a hacer el sacrificio de ir y venir en el mismo día para ensayar durante varias semanas. Reconozco que me equivoqué y que los que participaron en esos Juegos guardarán un recuerdo inolvidable.
Pienso con sinceridad, que estos dos actos fueron los que nos dieron una proyección grandiosa a nivel mundial y por supuesto a nivel de instituciones un nuevo reconocimiento. Debo confesar que estos pequeños trazos de mi paso por la Ruta me han hecho recordar tantos lugares, encuentros y vivencias, echar de menos a tantos amigos que gracias al tambor reuní, que no puedo evitar un acceso de nostalgia.
Muchas gracias a todos los hermanos de la cofradía del Nazareno de Calanda.
Miguel Franco Anadón
Presidente de la Ruta del Tambor y del Bombo durante 25 años (1976 – 2001)