Todos Calandinos nos quedamos con la frase “el tambor es el principio y es el fin”,  pues bien, no duden que si tiene principio, pero en ningún caso tiene fin.

Para alguien como yo, es una enorme suerte rodearse de tambores y bombos todo el año, algo mamado desde pequeño e inculcado desde la niñez, me obsesiona el sonido perfecto, la calidad y una bella terminación. Te fijas en los antiguos tambores y todo llama la atención, hablo de tambores hechos por esos artesanos que yo ni siquiera he conocido, reliquias que he tenido la suerte de tener en las manos con más de un siglo.

El primer tambor en aparecer en nuestra tierra estaba compuesto por una caja, aros, cuerda, bordones y pieles (posteriormente abrazaderas de cuero). La caja, de latón, para las personas que podían económicamente y para el resto de cualquier chapa redonda que se encontrara para esta función, cualquier chapa podía servir, cada caja ya daba una visión de lo estudiado que estaba  este instrumento.  Sus refuerzos, el paso de bordones, un agujero etc… Todo tiene su función y créanme cuando digo que sorprende, ya que seguimos con una formula inalterable por los años.

En el tambor moderno las cajas pueden ser de varios materiales como acero, aluminio, latón o fibra de carbono, materiales  clasificados con numeraciones especificas en base a sus componentes,  muchas perforaciones para soportar los distintos mecanismos e infinidad de mejoras.  Para hacernos una idea, antes se soldaba con estaño, hoy soldamos con mig, tig, oxiacetilénica y con diferentes procesos, con aportación y sin, etc…

Los aros, naturalmente de madera, se formaban a base de agua, calor y horas.  Había, Incluso, quien usaba la madera de la criba con varias vueltas para formar un aro irrompible.  Unas perforaciones con un ángulo que en ocasiones he mirado y mirado ya que guardaban el tiro de la mano a la perfección. El aro moderno ya no se fabrica en madera, es de aluminio o fibra de carbono.

La cuerda, este es lo que no cambio nunca, pues si se pudo en su momento no se dejo de usar cáñamo.  Cuerda dócil, maleable y resistente por décadas. He escuchado quien, antes de la semana santa, dejaba esta cuerda unos días colgada del balcón para que estirase y así volver a montar y tensar el tambor con más facilidad. Hoy la cuerda en el tambor solo es un adorno, se reemplazó por tensores en hierro, aluminio y hasta de fibra de carbono. Una forma de tensado mas cómoda y con la que es fácil conseguir el máximo de un parche.

Las pieles las usaban de cabra y oveja.  Estas se curtían a base de ceniza y posteriormente con cal.  Pieles seleccionadas que daban un sonido que podía escucharse a kilómetros.  La cabra se usaba de batidor y la oveja de bordonero.  Esto a priori hoy es una equivocación, pero entonces ese tambor tenía una persona que desmontaba, tensaba y dejaba en su sitio las pieles todos los años.

Estas pieles fueron reemplazadas por parches de plástico en film de poliéster, dándonos una gran ventaja ya que no se destensaban con la humedad si no todo lo contrario, se tensaba, incluso bajo la lluvia.  Hoy tenemos un mundo donde elegir grosores, colores y calidades. Es conocido por todos las diferencias de sonido, pero una gran diferencia es que la piel suena menos que el plástico, pero sin embargo la piel se escucha a mucha más distancia.

El bordón, todo un invento, ya que los primeros eran de tripa de animal. Rodándola salía una tira redonda y larga que una vez seca y en contacto con el parche bordonero daba el sonido de nuestro tambor. Este bordón pasa a ser de distintas hilaturas cubiertas por una espiral de cobre, plata o incluso los últimos ya montados de oro. Hoy la parte más importante de un tambor es la bordonera que soporta estos bordones, aquí tenemos definido nuestro sonido.

El bombo, hoy indispensable en nuestros sonidos, tardo en llegar.  Los primeros vinieron con caja de madera, en concreto eran aros de madera pegados y clavados hasta conseguir la anchura de la caja de un bombo.  Algunos con este sistema ya se fabricaron aquí.  Aunque yo creo que de los primeros bombos, el que es cien por cien calandino, es el de chapa galvanizada, si, ese que tiene o ha tenido todo calandino.

Un dato que no todo el mundo sabe.  ¿Porque las medidas de los bombos eran acabadas en 5?  Pues bien, la medida más usada era 65, el bombo que todo adulto llevaba estaba fabricado de chapa galvanizada de 2 metros de largo, era la medida estándar de chapa.  De aquí que todas las demás medidas siguieran de diez en diez.

Los aros al igual que los tambores eran de madera. Pero aquí ya no se usaron cribas, sino que los aros podían venir de fábrica ya curvados o, como antes, curvados a base de agua, calor y tiempo. Eso sí, cantos redondeados, los ángulos de los agujeros y algún secreto más que me guardo. Las pieles, mismo sistema que en los tambores, aunque aquí solo se usaron pieles de oveja para economizar ya no tenía sentido usarlas. La cuerda, como no, cáñamo.

Nuestro bombo de hoy tiene el mismo aspecto, aunque con alguna modificación. La caja es de dm o contrachapado, así conseguimos un sonido más grave y profundo a la vez que aligeramos el peso. Respecto a las medidas, ya usamos medidas estándar para poder acoplar cualquier tipo de parche sintético. Los aros, sin modificaciones, mas allá de elegir bien la calidad de la madera usada (haya) y desde luego el acabado final, hoy muy importante.

En las pieles seguimos usando cabra, tratada de una forma más mecánica, no por los productos, ya que se sigue usando los que son naturales, si no por la forma de quitarles el pelo, estas son introducidas en bombos y con el movimiento pierden el pelo y las grasa sobrante.

Seguimos fabricando tambores como antes: caja de latón, cuerda, piel e incluso bordones de tripa.  Y debo decir que me sigue fascinando su sonido.

Estos son los tambores de hoy y de ayer,  sabemos como eran pero no sabemos cómo serán. Tienen un principio pero no tienen fin.

Desde aquí quiero hacer una mención a un artesano de los de antes, de estos que te enseñan cada día y que su obra perdurara por siempre en la villa, ya que hacia los bombos como nadie. Plana Conesa en el año 90 empezó a fabricar sus propios bombos, hechos íntegramente en el taller de José.  Pues bien, estos bombos eran rojos con aros negros,  ¿casualidad? No lo creo, posiblemente el subconsciente nos hizo fabricar lo más parecido al mejor bombo que se había fabricado hasta entonces.  ¿Lo recordáis verdad?, bombos rojos con aros negros y abrazaderas negras.  Eso es, bombos de Blas Franco.

He tenido la suerte de que se ha convertido en mi abuelo, y lo he podido disfrutar por el taller. Teníamos nuestras discrepancias de cómo hacer esta artesanía (faltaría más), pero no puedo negar que me enseño algún truco o forma de hacer que no se olvida, y que yo y su otro nieto, Alberto, llevamos a la practica en todos nuestros bombos.

Fundador de su cofradía, bombero como ningún otro, el pueblo amante de la Semana Santa le debe algo, ya sean sus cofrades, incluso todo el que disfruta cuando ve el bombo grande salir a la plaza… y por supuesto yo mismo, que le estaré eternamente agradecido.

José Antonio Plana Conesa
Tambores Artesanos Plana – Conesa (Calanda)

Tambores Plana - Conesa (Calanda)
Tambores Plana – Conesa (Calanda)
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