Es muy complicado encontrar a algún Calandino que en fechas previas a la Semana Santa no reconozca tener un cosquilleo en su estómago, es en el inicio de la Cuaresma cuando el ritual de abrir los armarios o acceder a los trasteros para sacar los tambores y bombos, revisar si están en perfecto estado y comenzar a ensayar, nos dice que ya comienza la cuenta atrás para los días más importantes del año.

No es ningún secreto decir que la tradición de tocar el tambor y el bombo, está muy arraigada en Calanda, se transmite de padres a hijos y, por ejemplo, poca gente se plantea no estar estos días en el pueblo. También pienso que el amor y la pasión con la que los calandinos intentamos mantener esta tradición es una de las claves por la que nuestra Semana Santa es conocida nacional e internacionalmente y año tras año la cantidad de visitantes aumenta y la mayoría piensa en repetir en el futuro.

Quedan muy lejos ya aquellos días de los primeros años del siglo XX en que Mosen Vicente Allanegui organizó y estableció las bases de la Semana Santa Calandina tal y como la conocemos actualmente, contribuyendo, además, creando la “marcha palillera”, quizá el toque con el que nos sentimos más identificados. A día de hoy, finalizando el tercer lustro del siglo XXI, nos encontramos que la difusión y magnitud de la Semana Santa de Calanda está más que de sobra reconocida, todavía nos sorprendemos año tras año con la cantidad de televisiones y emisoras de radio, nacionales e internacionales, que vienen a retransmitir el acto de “Romper la hora”, así como la cantidad de guías de viaje, revistas, webs que recomiendan visitar nuestra Semana Santa poniéndonos a la altura de ciudades como Sevilla, Málaga, Valladolid, Zamora, etc…

Calanda tiene la fortuna de que el 22 de febrero del año 1900 nació un señor llamado Luis Buñuel, que se dedicó a hacer cine y que, siendo un poco “rarico”, está considerado como uno de los directores de cine más influyentes de la historia (no en vano fue el primer español en conseguir un Oscar)  y que, casi sin querer (o queriendo), hizo que Calanda y su Semana Santa fuesen internacionalmente conocidas en una época en la que no existían internet, ni revistas de viajes, ni apenas canales de televisión. Los tambores de Calanda se convirtieron en una seña de identidad de la obra de nuestro paisano por su utilización en varias de las películas más importantes de su filmografía como “Simón del Desierto” y “La Edad de Oro”, pero muy especialmente por su aportación a la magnífica secuencia final de “Nazarín”.

Todavía hay muchos calandinos que recuerdan las visitas de Luis Buñuel a Calanda en Semana Santa, la mayoría de las veces acompañado por actores y actrices como Geraldine Chaplin, Fernando Rey, Paco Rabal, etc… imaginemos por un momento si, en la época actual, cualquier director de cine conocido internacionalmente fuese unos días a su pueblo con actores y actrices de primer nivel…

Uno de los primeros síntomas de que esta “promoción” estaba teniendo efecto, es que a principios de los años 70 del siglo XX, la Rompida de la Hora tuvo que trasladarse de la plaza de la Hoya a la plaza de España, simplemente porque se quedaba pequeña y la gente no cabía, teniendo que buscar un espacio más grande. Se construyó el bombo “gigante”, siendo una novedad y uno de los iconos más fotografiados; y al mismo tiempo, los tambores de Calanda empezaron a ser llamados para salir a tocar fuera, principalmente viajes relacionados con la figura de “Luis Buñuel”: París en varias ocasiones (una ante los Reyes de España en la inauguración del Liceo Español “Luis Buñuel” de la capital Francesa), Japón, Berlín, Venecia, Cannes, San Sebastián, Málaga, etc… siendo una promoción impagable para la difusión de nuestra cultura, que sigue manteniéndose viva cada año en el momento de Romper la Hora, con la presencia de ilustres actores o personalidades de la cultura, como Imanol Arias, Paco Rabal, Carlos Saura, Montxo Armendariz, Charo López, Asunción Balaguer, Fernando Trueba, Luis Eduardo Aute (canción dedicada incluida).

A los Calandinos, a nosotros, a los que estamos ahora con el cosquilleo en el estómago,  solo nos queda mantener la tradición tal y como la conocimos de nuestros padres y transmitirla a las siguientes generaciones para que la cuiden con el mismo cariño, y aunque el trabajo más importante ya lo hicieron Mosén Vicente y Luis, no quepa duda que seguiremos poniendo nuestro granito de arena para que la  Semana Santa de Calanda, siga siendo si cabe, más conocida y valorada por todos.

Rubén Magrazó Palos
(Artículo publicado en el especial de Semana Santa 2015 del periódico «La Comarca»)

Algunos ejemplos del alcance de la Semana Santa de Calanda en los medios digitales:

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